Visitamos este restaurante tarde a la hora del almuerzo y estaba muy concurrido. El lugar es muy acogedor, el decorado lleno de detalles con elementos de fierro y techos altos de madera. Balcones en el segundo piso donde también se puede comer.
Esperamos mesa en el bar y pedimos recomendación de algún trago o cerveza y no nos dieron mucha ayuda... pedimos algo clásico.
Como el nombre del libro, el restaurante tiene algunas mesas muy particulares como una en la entrada que tiene catres de cama y hay rosas rojas frescas por todo el lugar y pétalos encima de las mesas como decoración... muy lindo detalle.
La mesa no tardó mucho y la mesera que nos atendió era bastante amable aunque un poco distraída.
La carta con productos del mar chileno, carnes y pastas también con elementos marinos... variada pero no complicada... y la cantidad de platos justo para elegir.
Pedimos una Trilogia de chupes para compartir... llegaron a temperatura adecuada aunque los sabores de los tres eran muy similares... la elaboración de los platos era en el fondo la misma sin mucha variante, y a pesar que era para compartir, los pocillos demasiado pequeños.
Luego pedimos varias cosas diferentes... Un Salmón a la Piedra, que venía acompañado de camarones, un par de champiñones, pimientos de colores y papa... el salmón estaba delicioso pero el acompañamiento tenía mucho pimiento y casi nada de lo otro que lo tornaba poco variado...
La salsita que lo acompañaba no tenía mucho sabor... aunque la presentación estaba muy bien.
Pedimos un Congrio Almendrado que venía sobre espinacas a la crema... el congrio muy sabroso, almendras abundantes, pero nuevamente el acompañamiento opacaba el plato al ser muy abundante y hasta tedioso sin poder terminarlo...
También pedimos Raviolette de Centolla, muy sabrosos con la salsa de tomate clásica aunque un poco ácida... pero en general estaba muy rico.
Y probamos Ternerita al Carmenere... el sabor de la crane una delicia, bien cocida al vino, suave y perfumada... aunque nuevamente el acompañamiento falla... vienen con un risotto de pastinas... como dice la carta que no es más que unos fideitos pequeños apelmazados que no le vienen al plato.
EL LUGAR MUY LINDO, LA ATENCIÓN CORDIAL, PERO LOS ACOMPAÑAMIENTOS DE CADA PLATO OPACAN EL INGREDIENTE PRINCIPAL ⭐⭐⭐ SE PUEDE MEJORAR!
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